viernes, 15 de abril de 2011

Historia! Copa del Rey 96/97!

Cómo va la semana Blogistas! Aún conteniendo la respiración con el gol de Urzaiz de la semana pasada ¿no? Para esta semana tenemos un par de partidos que seguro todos recordareis, sin duda partidos “Gran Reserva” que muchos tenemos todavía grabado en la retina.
Temporada 1996/1997. La liga de la Ley Bosman. La liga que ganaría Capello al frente del Real Madrid a pesar de encontrarse enfrente al Barça del todopoderoso Ronaldo (34 goles en liga y Bota de Oro de la temporada). Las exhibiciones del astro brasileño se sucedieron a lo largo de la temporada, con goles antológicos a Compostela o Valencia, pero no fue suficiente para batir al Real Madrid de Illgner, Suker, Raúl…
Sin embargo, el Barça de sir Bobby Robson (era el primer año sin Cruyff en el banquillo y la renovación en Can Barça había sido total: jugadores históricos como Koeman y Bakero ya no formaban parte del equipo, y se habían fichado jugadores como Pizzi, Luis Enrique, Vitor Baia, Giovanni… además de Ronaldo) no se iría de vacío aquella temporada, y se alzaría finalmente con un título de Copa del Rey marcado por la épica en todas sus eliminatorias. 

El FCBarcelona iniciaba su andadura en la Copa del Rey 1996/1997 desde el cruce de octavos de final, como correspondía en aquella época a los equipos que se habían clasificado para competiciones europeas. Atlético de Madrid, Valencia, Espanyol y Tenerife también iniciaban su andadura desde los octavos de final, mientras que el resto de equipos ya habían superado cruces previamente.
El primer rival del Barça en el torneo del K.O., el clásico contra el Real Madrid. Un Real Madrid que no se había clasificado para jugar en Europa aquella temporada y había tenido que disputar las rondas previas de la Copa, habiendo eliminado a Salamanca (4-0 en el global) y Valladolid (4-1 en el global) hasta el momento. En la ida, disputada el 30 de enero de 1997, el Barça conseguía una trabajada victoria en casa después de un vibrante partido. Ronaldo adelantaba al Barcelona a los 13 minutos, pero Suker (16’) y Hierro (67’) remontaban el partido y dejaban muy tocado al conjunto blaugrana. Sin embargo, la reacción no se hizo esperar, y Nadal lograría el empate al poco rato (70’). Con 2-2 en el marcador, Giovanni daba ventaja al FCBarcelona para el partido de vuelta con su gol en el minuto 79’, aunque este resultado dejaba la eliminatoria totalmente abierta de cara al partido del Bernabéu siete días después.
El partido de vuelta fue mucho más trabado. El Real Madrid tan solo necesitaba un gol para pasar, y se chocaba contra la defensa del Barcelona una y otra vez, hasta que en el minuto 69’ Roberto Carlos lograba el gol, con la inoportunidad de que lo hizo en su propia portería. Con el 0-1, el Madrid necesitaba 2 tantos para lograr el pase a cuartos, y a punto estuvo de conseguirlo, ya que en el 80’ Suker transformaba un penalti que ponía las tablas en el luminoso. A pesar del empeño madridista, el marcador no se movió del 1-1 y el FCBarcelona lograba el pase a cuartos en una eliminatoria en la que estuvo más fuera  que dentro, sobretodo en el partido de ida.

En los cuartos de final esperaba el Atlético de Madrid, vigente defensor del título (el año anterior lograba el histórico “doblete”), después de haber eliminado en la ronda de octavos al Compostela (5-2 en el global). Aquel año el Atlético no marchaba tan bien como el año anterior, pero todavía era un equipo temible de la parte alta de la tabla (acabó la liga en 5ª posición, lejos de Real Madrid y FCBarcelona pero logrando el billete a Europa de manera holgada).
En el partido de ida, disputado en el Vicente Calderón el 26 de febrero de 1997, se vivió un trepidante duelo que acabaría con el resultado de 2-2. Al gol de Simeone  (17’), respondió Pizzi con un doblete (43’ y 65’, este segundo gol, de penalti), para acabar empatando Kiko (73’), dejando un resultado favorable al FCBarcelona para la vuelta.
Y llegó el partido de vuelta (12 de marzo de 1997). Uno de los mejores partidos de la historia.
El Atlético se presentaba en el césped del Camp Nou con la misión de anotar al menos un gol para tener opciones delante de un FCBarcelona que perseguía al Real Madrid en Liga a base de goles y espectáculo (aquel año anotaría 102 goles en Liga). Con Kiko, Caminero y Pantic como estrellas, buscaría remontar una eliminatoria que antes de empezar el partido de vuelta tenía muy cuesta arriba.
Precisamente, una de las estrellas nombradas sería uno de los máximos protagonistas del partido. Milinko Pantic adelantaba al Atlético de Madrid en el 9’, al aprovechar un error garrafal de Vítor Baia, que no logró atajar un fácil disparo desde la frontal y dejó el balón muerto dentro del área. 0-1 y el Atlético que en lugar de irse a defender el resultado, siguió golpeando a un Barcelona noqueado y desconocido. En el minuto 28’, y nuevamente con colaboración de Vítor Baia, Pantic anotaba el 0-2 con un derechazo desde 25 metros que se colaba por el palo corto. El portero luso reaccionaba tarde al disparo y no llegaba a pesar de su estirada. El Barcelona ya necesitaba dos goles para empatar en este momento, pero aún se puso más cuesta arriba apenas tres minutos más tarde, cuando en el 31’ el colegiado Gracia Redondo señalaba penalti del hoy seleccionador de Francia Laurent Blanc sobre Kiko. Pantic lograba el hat-trick al engañar a Baia en el lanzamiento desde el punto fatídico, y obligaba al Barça a lograr la gesta de marcar 4 goles si quería estar en semifinales. Un resultado impensable el 0-3 con el que se llegaba al descanso.
Quien sabe que diría “sir” Bobby Robson a sus jugadores en aquellos quince minutos. Quien sabe que diría Radomir Antic a los suyos. Lo que está claro es que Robson fue a por la remontada (antes del descanso ya había sacado a Stoichkov y Pizzi por Blanc y Popescu, quedándose en el campo con tres defensas en lugar de los cinco con los que había salido…el ser amarrategui  le había costado muy caro!).
Como siempre, cosas del fútbol. En el FCBarcelona jugaba el que a la postre sería considerado uno de los mejores delanteros de la historia. Ronaldo no estaba dispuesto rendirse, y en el minuto 47’ recortaba distancia en el marcador fusilando a Molina al volear un centro de mordido de Stoichkov. Aún 3 goles para remontar, que serían solo 2 al rematar de nuevamente Ronaldo un centro-chut de Sergi Barjuan en el minuto 50’. La remontada ya no parecía nada lejana, 2 goles y más de 40 minutos por jugarse. Ronaldo había conseguido lo más difícil, despertar al Camp Nou para volver a soñar con las semifinales de Copa. Pero aquella noche aún tenía cartas por jugarse. Vítor Baia, que había fallado en los dos primeros tantos, volvía a erigirse en antihéroe en el minuto 51’, apenas segundos después del segundo gol de Ronaldo, y dejaba lo que debía ser un despeje largo a los pies de Caminero, que cedía rápidamente a Milinko Pantic para que éste superara la salida del luso con una sutil vaselina. Pantic, Pantic, Pantic y Pantic. Póker de goles para el crack yugoslavo y pitos en el Camp Nou ante la “exhibición” de su portero.
Pero el partido iba a ser histórico, y aún faltaba mucho que ver en los 40 minutos restantes. Bejbl chutaba a placer desde el punto de penalty  y Couto salvaba el 2-5 bajo palos a los pocos minutos, después de la enésima cantada de Baia, que a estas alturas ya no aguantaba la tensión propia del partido y de sus errores. Que poco imaginaba el checo Bejbl que este error iba a dejar fuera al Atlético. En el 67’ Figo marcaba uno de los mejores goles de su carrera al empalmar desde la frontal del área un rechace de la zaga rojiblanca. Una “patá de burra”, como se conoce este disparo, en toda regla. Imposible la estirada de Molina. No acababa aquí, y el Barça apretó para conseguir el 4-4 apenas 5 minutos más tarde, cuando Ronaldo se revolvía en la frontal tras recibir un pase de Iván De la Peña, y cruzaba el esférico ante las miradas atónitas de los defensas del Atlético. Ronaldo era imparable y el Barcelona necesitaba tan sólo un gol más, y todavía 20 minutos en juego. En apenas 27 minutos, el FCBarcelona había logrado 4 tantos y la épica hacía presagiar lo que se viviría instantes después.
Corría el minuto 83, con un Barcelona colgado en busca del quinto gol que le diera el pase a semifinales. Guardiola recibe en banda derecha, mete un centro preciso al corazón del área donde remata Abelardo con fuerza. Molina salva a su equipo con una parada estratosférica, que pasa al olvido un segundo después, cuando Pizzi recoge el rechace y hunde el balón en el fondo de las mallas. Al segundo, el Camp Nou se hunde y ruge como pocas veces lo ha hecho.  La emoción de Pizzi al celebrarlo es una de las imágenes de la historia Barça, al igual que las lágrimas de Baia al acabar lo que había sido un calvario más que un partido para él. Para la eternidad, la retransmisión de Puyal por radio aquel día:
http://www.youtube.com/watch?v=JIShXXWDr8A – Resumen del partido (sonido Catalunya Radio)
Una de las remontadas más épicas de la historia acaba de materializarse. 5 goles en una segunda parte de ensueño no sólo para el aficionado blaugrana, no sólo para el aficionado al fútbol, sino simplemente para el que tiene un poco de alma. Como muestra de la importancia del gol:


Y sólo se estaba en semifinales.

Unas semifinales un tanto descafeinadas, ya que al Barça le tocó jugar contra Las Palmas, por aquel entonces en 2ª división. Por el camino había eliminado al Jaén (4-1), al Almería (5-2), al Valencia (2-2, por penaltis) y al Espanyol (1-1, por goles fuera). Sin embargo, el Barça venía muy fuerte después de la remontada ante el Atlético y no tuvo piedad del equipo isleño, y le endosó un 7-0 en el global, logrando el billete para la final.

Una final muy especial, ya que se celebraba en el Santiago Bernabéu, el feudo del eterno rival. Una oportunidad inmejorable para la parroquia culé de celebrar un título en la mismísima Casa Blanca. Como rival, el Real Betis Balompié, en posiblemente una de sus mejores épocas de los últimos años. Alfonso, Jarni, Finidi, Vidakovic, Jaro… gran equipo el de aquel Betis, comandados por Llorenç Serra Ferrer, que se despedía del Betis con  aquella final, y que era asiduo a la zona noble de la tabla (aquella temporada finalizaría 4º en Liga).
Siguiendo la tónica habitual en su andadura por la Copa del Rey de aquel año, el Barça empezó por detrás la final, ya que en el minuto 11’ Alfonso ya había adelantado a los verdiblancos. Un pase en profundidad de Finidi lo recogía Alfonso para batir a Baia con algo de fortuna, ya que su primer disparo fue despejado por el meta luso contra la cara del propio Alfonso, rebotando así el balón hacia el interior de la portería. Adelantarse en una final es el comienzo soñado para cualquier entrenador, pero delante estaba un equipo que se había acostumbrado a levantar partidos más complicados. El partido era trepidante, y a una doble ocasión del Barça con remate al palo y parada de Jaro incluidas, Finidi respondía con un disparo dentro del área que exigía la respuesta de Vitor Baia para mandar a córner. Antes del descanso, Figo lograba el empate con un golazo desde fuera del área. Sin duda, el luso vivía su mejor etapa como futbolista, y este gol es clara muestra de ello.
En la segunda mitad, ninguno de los dos equipos lograba imponer su juego ante el rival, y se llegaba a los últimos diez minutos con el 1-1 del descanso…hasta que apareció Finidi George para adelantar a los béticos en el 82’. Golazo del nigeriano, ídolo todavía entre la afición del Benito Villamarín, al disparar raso un pase de Alfonso tras una magistral jugada de este último.  La Copa estaba en manos del Real Betis, pero aquel año el Barça del Barça no era normal… 3 minutos tardaba el Barça en empatar y enviar el partido a la prórroga. Para dar más romanticismo, era el mismísimo Pizzi, sos macanudo!, el encargado de agujerear la meta defendida por Pedro Jaro, al rematar un balón colgado desde la derecha por Guardiola (¿les suena la jugada?).
En la prórroga, el partido siguió por los derroteros de la segunda mitad, sin lograrse ningún gol, hasta que en el Barça emergió la figura de uno de esos fichajes que no acaban de encajar en el club pero que la afición recuerda con cariño y aprecio. Había salido al campo en el minuto 66’, pero no fue hasta el minuto 115’ de aquella histórica final cuando Emmanuel Amunike realizaba su jugada más importante con la elástica azulgrana…una veloz internada de Figo por el medio, donde pierde el balón hasta que finalmente le llega a Amunike escorado en banda izquierda. El nigeriano dispara con toda el alma, puede llegar el tercero, Manolo está a punto de hacer historia, el tiempo se para… el disparo de Amunike, en lugar de ir a puerta, rebota en el defensa, rebota en Jaro y le queda a placer a Figo para que anote el 3-2 definitivo. Grande Amunike! Totalmente calculados los ángulos de rebote para darle el balón a Figo! (él sabe que era la única manera de hacerle llegar el balón al portugués, un visionario del fútbol moderno, aquel nigeriano que sacaba los saques de banda como córners, según Robson!)
Los jugadores del Betis quedaban hundidos depués de haber rozado la gloria, mientras el FCBarcelona se alzaba con la Copa del Rey más épica, volátil e inverosímil que un servidor recuerde, pero, como las cosas difíciles en la vida, esos triunfos son los que se recuerdan con más cariño a la larga.
La próxima semana más partidos históricos! Se siguen aceptando sugerencias!
Saludos bloguistas!

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